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El perro y el lobo

Las opiniones sobre el origen del hombre son confusas y opuestas y ocurre lo mismo con las de su amigo el perro. Los hallazgos paleontológicos que se remontan a 25-35 millones de años atrás son los únicos elementos que proyectan el primer rayo de luz sobre la presencia del perro en la Tierra. Se puede entonces afirmar que en la era de los mamíferos, paralela a los primeros primates, vivía un ser con características caninas. Por la ciencia ha sido clasificado como Cynodesmus y de él sabemos o nos imaginamos que después de una evolución que duró millones de años, a través de un animal intermedio parecido al lobo, denominado Tomarctus, ha dado origen a lobos, chacales, zorros, coyotes y a todos los Cánidos. El primer perro domesticado por el hombre fue pues un lobo, y es posible situar su aparición hace doce mil años, al mismo tiempo en casi todas las partes de la Tierra. Tanto los restos encontrados en los montes Beaverhead, en Idaho (EE.UU), como los hallazgos europeos, asiáticos o de América precolombina, pertenecen a la misma época. Se trata de una amistad entre las más antiguas y duraderas que haya sido posible registrar en la historia. Todas las vicisitudes del hombre, en la miseria y en la riqueza, han sido siempre acompañadas de la miseria del perro. Recientemente un filósofo inglés ha definido al perro como “ser humano honorario”, casi para ofrecer un diploma de honor a quien, carente de títulos, los merece sin duda.

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